Método de intervención ABA para el Trastorno Autista.
Orientación Psicológica
Psicólogos especializados en trastornos del neurodesarrollo.
Tal y como comentamos en un artículo anterior, el término Espectro Autista hace referencia a la gran variedad de características que definen a los niños autistas. De la misma manera que personas sin este tipo de trastorno del neurodesarrollo no actúan y sienten de la misma forma, las personas con autismo tampoco lo hacen. Su sistema de afección, vinculación y comportamiento varían tanto interindividualmente -entre personas-, como intraindividualmente -a lo largo de los años en una misma persona-.
A pesar de estas diferencias caracteriológicas, sí existen diferentes terapias que se han demostrado más eficaces para el Autismo. Tal y como exponemos en un nuestro artículo Terapias más Eficaces pera el Autismo, una de ella es el método ABA. En la presente publicación pretendemos indagar en este tipo de intervención.
Qué es el método ABA
El Análisis Conductual Aplicado -en inglés Applied Behavior Analisys (ABA)- es un conjunto de técnicas y estrategias que están orientadas a modificar la conducta del niño o niña con autismo.
Los principios sobre los que trabaja son los siguientes:
- Realización de sesiones estructuradas e intensivas, con un total de aproximadamente 20 a 40 horas semanales de dedicación al niño o niña con autismo.
- Preparación y uso de ayudas que se retiran gradualmente.
- Utilización de reforzadores efectivos para cado caso individual.
- Formación a profesionales de forma intensiva y especializada.
- Registro continuo del progreso del tratamiento.
Como funciona el método ABA
El método ABA entiende que cualquier conducta está enmarcada dentro de un esquema donde aparecen, en primer lugar, los antecedentes, es decir, aquellos aspectos que predicen o anticipan una conducta. Además, existe la propia conducta que tiene una forma, una intensidad y una frecuencia que uno puede medir. Por último, existe la respuesta o consecuencia que conlleva esta conducta. Por lo tanto, en relación a esta respuesta o consecuencia podemos hacer que la conducta aumente, lo que conocemos más comúnmente como reforzadores, o bien, que disminuya, dando lugar así a los castigos.
Por ejemplo, imaginemos que un niño tiene un berrinche en un supermercado junto con su madre. En el caso de que seguidamente al berrinche se le compre un regalo o se le compre su comida favorita, aprenderá que la próxima vez que tenga el mismo comportamiento recibirá el mismo resultado o consecuencia. En caso de no ser así, es posible que proteste, de forma más o menos intensa en función de las características temperamentales del niño. Aquí es donde aparece la importancia del papel de la madre: si vuelve a darle algo agradable mientras el niño protesta, ésto va a funcionar como conducta de refuerzo, lo que potenciará la conducta de berrinche y aparezca con más frecuencia.
Es importante que un profesional intervenga ofreciendo estrategias para romper este círculo que puede llevar a un aumento de la intensidad y frecuencia de dichas conductas desadaptativas y que, consecuentemente, generan mucho malestar tanto en el niño como en la familia.
Esta y otras formas de intervención son las propuestas por el método ABA, la cual cuenta con un nivel muy sólido de evidencia.