Los trastornos relacionados con la expresión verbal son uno de los apartados más estudiados en la psicología clínica
Orientación Psicológica
Psicólogos especializados en trastornos del neurodesarrollo.
Muchos padres se preocupan de forma constante al ver que su hijo tiene dificultades para desarrollar el lenguaje de forma adecuada. Ya sea que no pronuncie bien la palabras, o que no las comprenda, esto es un problema que debe resolverse de inmediato, para evitar que afecte el resto de sus etapas de desarrollo.
Los trastornos relacionados con la expresión verbal son uno de los apartados más estudiados en la psicología clínica. Gracias a lo comunes que pueden ser y, sobre todo, al gran temor que puede generar en muchos progenitores.
Si llegaste hasta aquí, es muy probable que sientas curiosidad sobre el trastorno del lenguaje expresivo y trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo. Por eso te traemos información relevante acerca de esta patología que, si bien no es mortal, puede llegar a afectar la calidad de vida del niño si no se aborda oportunamente.
A continuación os presentamos este vídeo sobre el trastorno específico del aprendizaje, que seguro que os ayudará a acabar de entender el artículo:
¿Por qué mi hijo no habla bien?
Muchos terapeutas asesoran a padres angustiados que recurren a ellos con la misma interrogante: ¿Es normal que mi hijo hable así?
En la mayoría de los casos, estos niños se encuentran dentro de los rangos normales del desarrollo evolutivo. Sin embargo, cabe la posibilidad de que el infante haya desarrollado un trastorno del lenguaje expresivo o un trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo
El primero se caracteriza principalmente por una dificultad del niño a la hora de exteriorizar palabras. Es decir, el paciente puede entender pero no hablar correctamente en el idioma de crianza.
El segundo es de mayor gravedad, pues implica dificultades tanto para comprender como para expresar el lenguaje, algo que sin dudas puede dificultar significativamente los procedimientos de intervención.
Estos trastornos suelen aparecer en edades comprendidas entre 2 y 3 años de edad, pudiendo extenderse durante toda la vida si no es abordado con rapidez. Aunque la gravedad es diferente de acuerdo a cada niño, no deja de ser menester acudir a un profesional si notamos características negativas en la expresión lingüística del menor.
Un criterio indispensable para diagnosticar estas patologías es que las deficiencias del lenguaje deben interferir en mayor o menor grado en el desempeño académico o social del infante.
Evaluación de trastornos de lenguaje en niños
El proceso de evaluación para este tipo de trastornos es sumamente complejo, y requiere de la intervención de profesionales debidamente capacitados. Este se compone de técnicas tradicionales como entrevista, observación y registros.
Procesos de lenguaje
Además, es necesario evaluar debidamente tres procesos lingüísticos:
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- Comprensión: Gramatical, visual y auditiva
- Producción: Se observan cómo el infante integra componentes estructurales del lenguaje en su expresión
- Conducta comunicativa: Se evalúa el uso de habilidades comunicacionales. Elementos como realizar peticiones, hacer comentarios, responder preguntas o describir emociones. A partir de los últimos años de la etapa preescolar del niño también se evalúan habilidades conversacionales.
Pronóstico
Es fundamental arrojar un pronóstico al culminar los procesos de evaluación, este será más veraz si se soportan los datos obtenidos con otros proporcionados en evaluaciones anteriores.
Por lo general, el trastorno de lenguaje tiene mejor pronóstico que le mixto, así como los trastornos leves tienen un mejor pronóstico que los graves. Además, si la dificultad está relacionada con elementos cognitivos, su pronóstico será sumamente desfavorable.
Tratamiento
El objetivo de las intervenciones terapéuticas en este tipo de trastornos es principalmente incidir en dos elementos: la discapacidad del infante y su forma de interactuar con el entorno.
Es así que se ejecutan una serie de estrategias destinadas a facilitar la expresión del niño basándose en los elementos que lo rodean. Algunas técnicas comunes dentro de este tratamiento son:
Imitación
Esta consiste en reproducir una vocalización de forma inmediata cada vez que el niño se exprese. Puede ser el enunciado completo o sólo una parte de este, el objetivo es mostrarle la forma indicada de expresión verbal y ejercer un estímulo positivo para corregir poco a poco la deficiencia de lenguaje.
Habla paralela y autoconversación
Estas técnicas también influyen de manera positiva en la expresión del infante, sobre todo cuando muestra señales incipientes de desarrollo lingüístico. La primera consiste en narrar en voz alta todas las acciones que realiza el niño mientras este se encuentra presente.
La segunda es, básicamente, expresar en voz alta lo que se está pensando mientras el niño realiza cualquier otra actividad, asegurándose siempre de que este último lo está escuchando claramente.
Expansión
Este método se emplea cuando el niño expresa palabras de forma incompleta. Para ejecutarlo, el adulto debe cumplir a las peticiones del infante con un feedback que le muestre la forma correcta de ejecutar el lenguaje.
Es un tipo de modelado que ha demostrado tener altos niveles de efectividad en estos tratamientos para infantes.
Representación de situaciones
Esta estrategia resulta sumamente eficaz en niños menores de dos años. Consiste en recrear una determinada situación a través de muñecos, juguetes o cualquier otro elemento inanimado que permita al niño identificarse con él.
Se hacen pequeñas “obras de teatro” en las que se utilice el habla de forma activa, permitiendo así que el infante se adecúe de forma paulatina al uso de la comunicación natural.
Programa de lenguaje
Esta es la parte más delicada del tratamiento para dichos trastornos, pues implica completamente el trabajo de un especialista, que será el encargado de dar indicaciones a los padres mientras estén en el hogar.
Los diversos programas de lenguaje disponibles pueden variar dependiendo de las características del paciente, por lo que cada profesional de salud mental ejecutará el que le parezca más acertado para cada niño.
No hay que rendirse, siempre se puede actuar
Si en algún momento te llegas a alarmar porque sospechas que tu hijo padece un trastorno del lenguaje, recuerda que asistir a un profesional nunca está de más.
Aun así, nosotros te facilitamos una serie de textos que te ayudarán a comprender mejor el comportamiento de tu hijo y cómo debes actuar si muestra signos de algún trastorno. ¿Quieres saber más? Te invitamos a leer el resto de nuestro contenido, seguro que no te arrepentirás.