Características de las conductas adictivas y estrategias preventivas.

Orientación Psicológica

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Psicólogos especializados en trastornos del neurodesarrollo.

Las conductas adictivas están basadas principalmente en el concepto de dependencia, ya sea física o psíquica. Inicialmente se aplicaba al tipo de sustancias psicoactivas que, ingeridas por una persona, provocaban dependencia en el individuo. En los últimos años se ha observado que también existen conductas, que sin la presencia de una sustancia, tienen el potencial de producir dependencia y comparten características adictivas similares a las producidas por las sustancias psicoactivas.

En el presente artículo abordaremos las características de las conductas adictivas así como la forma de prevenirlas. Para saber enfocar su tratamiento y su prevención de la forma más ajustada posible, creemos que es primordial formarse y profesionalizar la práctica clínica. En esta línea, existe el Máster en Prevención e Intervención en Conductas Adictivas, el cual está destinado a todos aquellos profesionales que quieran especializarse en el campo de las conductas adictivas, aportando conocimiento sobre distintos modelos y enfoques de intervención.

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¿Qué es una situación adictiva?

Existen diferentes características definitorias de las conductas adictivas, veámoslas a continuación:

  • Presencia de un fuerte deseo para llevar a cabo una conducta concreta, por ejemplo, consumir una determinada sustancia (alcohol, tabaco, etc.) o realizar una determinada actividad (comprar, jugar a las máquinas tragaperras, etc.).
  • Deterioro en la capacidad de controlar la conducta, especialmente en su inicio o mantenimiento de ésta.
  • Malestar emocional y anímico cuando se impide realizar la conducta o ésta finaliza.
  • Persistencia en la conducta a pesar de la repercusión negativa y las consecuencias perjudiciales evidentes.

¿Cuándo se considera que una conducta es adictiva?

Manuales diagnósticos actuales definen las adicciones a partir de un conjunto de criterios diagnósticos que nos permiten determinar y valorar el potencial adictivo de una sustancia o conducta. Éstos son los siguientes:

  1. Existencia de un patrón problemático de la realización de la actividad que provoca un deterioro o malestar clínicamente significativo.
  2. Presencia de una gran cantidad de tiempo invertido en la realización de la conducta.
  3. Deseo persistente de abandonar o controlar la conducta con esfuerzos fracasados.
  4. Intenso deseo o necesidad de realizar la conducta.
  5. La realización constante de la conducta lleva al incumplimiento de los deberes fundamentales en el trabajo, la escuela o el hogar.
  6. Ejecución de la actividad a pesar de sufrir problemas sociales, interpersonales o físicos persistentes o recurrentes.
  7. La conducta adictiva provoca el abandono o la reducción de actividades sociales, profesionales o de ocio.
  8. Realización de la conducta incluso en situaciones en las que existe un riesgo.
  9. Existencia de tolerancia: la tolerancia es un concepto psicológico que hace referencia a la necesidad de realizar la tarea cada vez en mayor cantidad para conseguir el efecto satisfactorio deseado.
  10. Presencia de síntomas de abstinencia, es decir, malestar físico y/o emocional intenso por el hecho de no realizar la conducta adictiva.

¿Cómo saber si tengo una personalidad adictiva?

Un aspecto muy importante es que existe una vulnerabilidad personal para las adicciones. El hecho de desarrollar una conducta adictiva depende de diferentes factores: estudios científicos demuestran que existe una interacción entre factores biológicos, es decir, una susceptibilidad específica del sistema nervioso de la persona, factores psicológicos y factores ambientales.

A nivel biológico, se ha comprobado que la exposición repetida a una determinada sustancia psicoactiva o a una actividad adictiva genera una neuroadaptación cerebral que contribuye al mantenimiento de la adicción. Estos cambios cerebrales afectan a regiones cerebrales que intervienen en funciones como la recompensa, la motivación, la memoria, el aprendizaje, la impulsividad y la toma de decisiones, entre otras. Todas estas áreas se ven modificadas ante la exposición mantenida a la conducta adictiva, lo que facilita el paso de la realización puntual de la conducta, a la dependencia, y seguidamente a la adicción.

En cuanto a los factores psicológicos y ambientales se ha estudiado que la personalidad, la cultura, el contexto educativo, así como la disponibilidad y accesibilidad de la conducta adictiva, entre otras variables, intervienen y condicionan también la conducta adictiva.

¿Cómo prevenir las conductas adictivas?

La prevención del desarrollo de las conductas adictivas es de vital importancia. Es importante la psicoeducación de las conductas adictivas. Por un lado, se trata de ofrecer información sobre la gran variedad de sustancias adictivas, tanto las más antiguas y conocidas como el alcohol, la marihuana, la cocaína o la heroína, como las denominadas «nuevas adicciones», haciendo referencia a las drogas de diseño o el LSD, por ejemplo. Por otro lado, es esencial no olvidar las adicciones comportamentales, es decir, las adicciones sin sustancias, como por ejemplo las adicciones a las nuevas tecnologías, a las compras, a los juegos, al sexo, y un amplio etcétera. 

Además, creemos que es clave intervenir a nivel multidisciplinar, tanto desde los profesionales de la salud como desde los profesionales de la educación, sin olvidar las tareas educativas de los progenitores.

Intervención en conductas adictivas

Para terminar, queremos ofreceros una base introductoria sobre la intervención en conductas adictivas, ofreciendo información sobre tres áreas en las que se ha demostrado eficaz intervenir en el marco de las conductas adictivas:

  • Motivación para el cambio: La toma de conciencia e identificación de la propia conducta adictiva es el primer paso para el cambio. Seguidamente, es esencial que la persona esté motivada para empezar a trabajar su problemática y abandonar la conducta adictiva.
  • Expectativas de autoeficacia: La autoeficacia es entendida como  la percepción personal de las propias capacidades para hacer frente a una situación determinada. Es muy importante que la persona se vea capaz de afrontar el cambio conductual y superar la adicción. Para ello, será esencial la motivación interna y externa durante todo el proceso.
  • Toma de decisiones: Antes de iniciar el cambio la persona se introducirá en un proceso de valoración y reflexión de pros y contras de la conducta adictiva. La toma de decisiones en múltiples esferas estará presente durante todo el proceso y, como profesionales, tenemos que acompañarles.

 

Bibliografía

Becoña, E., y Cortés, M. (2011). Manual de adicciones para Psicólogos Especialistas en Psicología clínica en formación. Sociodrogalcohol.

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