3 tipos de comparaciones: horizontales, verticales ascendentes y verticales descendentes

Orientación Psicológica

Orientación Psicológica

Psicólogos especializados en trastornos del neurodesarrollo.

Sabemos que necesitamos realizar comparaciones para poder hacer una estimación sobre si estamos en lo correcto o no sobre algo. El problema radica cuando realizamos comparaciones y salimos perdiendo en ellas, una situación que se da muchas veces en terapia y para la cual me gusta utilizar este ejercicio para reducir las comparaciones en las que generamos creencias y emociones negativas.

Antes de todo es importante que la persona entienda que hay tres tipos de comparaciones: las comparaciones horizontales y las comparaciones verticales ascendentes y descendentes.

CONTACTA CON NOSOTROS
Y SOLICITA TU TERAPIA ONLINE O PRESENCIAL

Las comparaciones verticales ascendentes

En las comparaciones verticales ascendentes lo que hacemos es comparar nuestro rendimiento, aptitud o logro con aquellos que están por encima nuestro. Cuando realizamos este tipo de comparaciones, normalmente nos quedamos en una situación desfavorable y, por consiguiente, esto suele generar un desánimo o una frustración.

Por ejemplo, al comparar la nota de un examen nuestra o la de nuestro hijo utilizamos como referencia aquellos que han sacado mejores notas. Es inevitable crear una sensación de indefensión y malestar.

Este tipo de comparaciones nos lleva a sentirnos más distanciados respecto a aquella persona con la que nos comparamos.

Las comparaciones horizontales

En las comparaciones horizontales lo que hacemos es comparar nuestra actitud o creencia con respecto al resto de las personas y esto nos suele llevar a unirnos con aquellas personas que piensan o creen igual que nosotros.

Por ejemplo, en los grupos de iguales la tendencia a compararse en la manera de pensar con el resto de los amigos es muy homogénea y esto lleva a una mayor unión.

En terapia es muy frecuente que el paciente tenga unas creencias limitantes y negativa respecto a sí mismo cuando siente que no alcanza lo que otros sí que pueden hacer. Esto sucede porque realizan una comparación vertical esperando alcanzar el rendimiento o las capacidades que tienen personas con mayores aptitudes. La solución no pasa por realizar una comparación horizontal, porque estamos comparando rendimientos y no opiniones. Entonces, ¿cuál puede ser la solución? Las auto-comparaciones verticales descendentes.

Las auto-comparaciones verticales descendentes.

Ese tipo de comparaciones tiene por objetivo tener como referencia como te has desarrollado o mejorado en un aspecto respecto a ti mismo en el pasado. Lo que permite esto es tener como referencia un punto más realista, maduro y en muchos casos optimistas respecto a la posibilidad de poder mejorar de cara a un futuro.

Por ejemplo, si queremos tener una idea respecto a si estamos mejorando o no a la hora de tocar un instrumento como puede ser la batería, en lugar de comparar nuestro rendimiento con alguien que lleva muchos más años que nosotros tocando (comparación vertical ascendente) Lo comparamos con nuestro yo del pasado, tendremos una referencia más fiel respecto a nuestra mejora.

CONTACTA CON NOSOTROS
Y SOLICITA TU TERAPIA ONLINE O PRESENCIAL
Facebook
Twitter
WhatsApp
LinkedIn

Artículos Recomendados

Últimos Artículos