Experiencia del duelo en la infancia, adolescencia y edad adulta.

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Orientación Psicológica

Psicólogos especializados en trastornos del neurodesarrollo.

Durante los primeros años en los que hacemos conciencia sobre la universalidad de la muerte, muchos adquirimos un temor hacia ese destino imparable o “recorrido de un solo sentido” al que todos nos dirigimos.

Conforme pasan los años y nos integramos más profundamente con otras personas a nuestro alrededor, nos damos cuenta de que el principal afectado a la hora de una muerte no es el difunto, sino aquellos que sufren su pérdida.

Es así como muchos de nosotros adquirimos noción sobre el concepto de duelo. Este proceso es completamente natural luego de tener una pérdida significativa, abarcando muchos aspectos más allá de la muerte, y extendiéndose a relaciones, objetos valiosos, trabajos o cualquier elemento significativo para un individuo.

Algo particular del duelo es que tiene un lapso de tiempo en el que se considera “normal” o “saludable”, pues este proceso permite a la persona afrontar, aceptar y continuar con su vida con los cambios implicados.

Sin embargo, existen elementos fundamentales que debemos conocer a la hora de abordar a una persona que atraviese un proceso de duelo. Ya sea que nuestra relación con esta sea personal o laboral, nunca deja de ser relevante el conocer datos para mejorar la interacción con el entorno.

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Cuando el duelo es más que un simple proceso

A pesar de que el duelo es un proceso natural, resulta particularmente doloroso para quien lo afronta, y en muchas ocasiones puede complicarse hasta desarrollar un duelo crónico o algún trastorno depresivo o de ansiedad.

Esto es debido a las posibles respuestas que puede tener un individuo de forma inmediata ante la pérdida de algo significativo:

  • Sentimientos de culpabilidad y sensación de que pudo hacer algo para evitar la pérdida
  • Ansiedad ante el temor de ser dependientes o incapaces de valerse por sí mismos
  • Soledad, sobre todo si ha perdido a su pareja sentimental
  • Fatiga emocional, apatía
  • Adormecimiento sentimental
  • Además, puede experimentar sensaciones positivas como emancipación o alivio, dependiendo de la relación que se tenía con la persona fallecida
  • Síntomas físicos como dolor, disnea, debilidad muscular, sensibilidad o agotamiento

Todos estos aspectos hacen del acompañamiento y la supervisión elementos necesarios para aquellos que rodean a quien sufre el duelo. De ser necesario, se debe recurrir a visitas frecuentes con un profesional de salud mental.

Es muy conocida la separación del duelo en siete fases distintas. Sin embargo, muchos expertos recurren a una mucho más sencilla compuesta por tres fases: evitación, confrontación y restablecimiento.

Si quieres saber más sobre las fases del duelo, te recomendamos que visites:

Volviendo a las tres fases del duelo, la que requiere mayor nivel de atención es la fase de confrontación, pues es la que se experimenta con más intensidad, y por lo tanto la que más riesgo de desarrollar depresión y ansiedad conlleva.

Cuando una persona pasa más de un año en el proceso de duelo, se puede decir que tiene un duelo crónico o duelo tardío. Algo que implica intervenciones ligeramente distintas a las del duelo regular.

El duelo en niños y adolescentes ¿Cómo sucede?

Durante años, muchos tuvieron la concepción de que los niños no viven un proceso de duelo debido a que no tienen conciencia plena de la muerte. Sin embargo, esto podría estar equivocado.

¿Cómo afecta la muerte de un ser querido a los niños preescolares?

Durante los primeros años de vida, la muerte se ve como un proceso más simbólico que real, llegando en muchas ocasiones a tener un matíz casi caricaturesco. Una de las causas es que, por ejemplo, están acostumbrados a ver personajes de televisión, juegos o películas que “mueren” y milagrosamente retornan a escena sin explicación aparente.

Otras de las características que podemos destacar sobre la percepción de pérdida a esta edad son:

  • Se percibe como un proceso de separación, más que como el destino final
  • Tienen la idea de que es algo temporal, pueden llegar a considerar que el difunto está molesto, dormido, perdido o de vacaciones.

¿Los niños de 5 años pasan procesos de duelo?

A partir de los cinco años, el entendimiento del niño aumenta, por lo que el proceso de duelo se desarrolla con los siguientes aspectos:

  • Empiezan a reconocer que la muerte es el destino final de cualquier ser humano
  • Otorgan características antropomórficas a la muerte: la muerte es un esqueleto, un carnicero, un perro negro, un monstruo, etc.
  • Inician el proceso de reconocimiento de lo fugaz de nuestra existencia, aunque prefieren guardar distancia con este elemento.

¿Cómo vive el duelo un adolescente?

Muchas de las particularidades del desarrollo adolescente son compartidas por las de un adulto que atraviesa un duelo. Ambos procesos implican enfrentar a las realidades internas y externas, y aceptarlas como parte natural de la vida.

A pesar de este criterio, el duelo en la adolescencia puede ser igual de delicado que en cualquier otra etapa del desarrollo, por lo que siempre será pertinente actuar de forma oportuna.

¿Cómo actuar ante un paciente que sufre duelo?

El aspecto del proceso de duelo es particularmente llamativo, ya que es uno de los procesos de salud psíquica con el que más se deben topar los profesionales de salud en general. Es por esto que las pautas de actuación resultan particularmente útiles para cualquier médico, enfermero y psicólogo por igual.

A la hora de realizar una intervención terapéutica es importante distinguir si es un duelo normal o uno no resuelto, y guiar al paciente para que:

  • Acepte la pérdida como un hecho inamovible.
  • Se permita experimentar el dolor de la experiencia y gestionar la frustración, evitando la supresión de los sentimientos.
  • Se adapte a la vida después de la pérdida, motivándolo a interactuar en el medio ambiente habitual, con los cambios que implica la pérdida.
  • Alejarse de la relación emocional con el elemento que ya no está, para enfocar esa energía en otras actividades o relaciones presentes.

Es necesario respetar los procesos

Si conoces a una persona que atraviese un proceso de duelo, o sospechas que es un duelo no resuelto, es importante que lo orientes a buscar ayuda profesional. Las terapias generan un impacto positivo en la mayoría de los casos.

Recuerda que mantener la salud mental también puede salvar vidas ¡No dejes que pase demasiado tiempo sin atender esas necesidades! Si actúas a tiempo, te aseguro que no te arrepentirás.

 

Bibliografía

Caballo, V.E. (2012). Manual de psicología clínica infantil y adolescente, trastornos generales (vol 1.). Editorial: Pirámide.

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