Conocer las fases del duelo puede ayudar a una mejor gestión de las emociones

Orientación Psicológica

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Psicólogos especializados en trastornos del neurodesarrollo.

Tras la muerte de un ser querido, todas las personas experimentan una etapa de inestabilidad emocional de características muy variables. Es lo que conocemos como duelo, un proceso que es necesario superar para vivir la vida con normalidad.

En el departamento de acompañamiento psicológico a las familias de la empresa Interfunerarias, nos han explicado cuáles son las etapas que pueden atravesarse durante el duelo.

Conocer esas etapas es útil para que las personas afectadas por el duelo (o sus familiares) tomen conciencia de en cuál de ellas se encuentran y puedan gestionar mejor sus emociones.

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1. La negación

En los primeros momentos, tras la muerte, un profundo sentimiento de injusticia asalta al familiar afectado. Sus puntos de referencia se ven alterados y la separación del ser querido le parece increíble y no la acepta.

Esta etapa solo la experimentan algunas personas. Si se presenta, no debemos preocuparnos excesivamente: no es más que un mecanismo de protección que da tiempo a la persona a asimilar la realidad del fallecimiento y, más pronto que tarde, llegará la aceptación.

2. La aceptación

En esta etapa se acepta la pérdida y la partida definitiva del ser querido, tomando conciencia de la realidad de su muerte.

Muchas personas experimentan esta etapa en primer lugar, algo a lo que contribuyen los preparativos y el desarrollo de la ceremonia fúnebre. Estos actos nos enfrentan a la realidad y nos mantienen lo suficientemente ocupados como para no tener demasiado tiempo para afligirnos.

En otras personas, esta etapa puede presentarse tras superar cualquiera de las que aquí señalamos.

3. La ira

Ante una muerte no deseada, otra posible reacción del duelo es la ira. Ha ocurrido algo que, según la persona que se enfrenta al fallecimiento del ser amado, no debería haber ocurrido.

La ira puede dirigirse al ser querido fallecido (que no debería haber muerto), a uno mismo (por no haberlo evitado), a los demás, a la vida o a Dios.

4. La negociación

Quien experimenta esta etapa intenta recuperar a la persona amada que ha muerto.

El afectado “negocia” con Dios o con entes paranormales la vuelta del fallecido, ofreciendo como contrapartida promesas y cambios de comportamiento o hábitos.

Una expresión más suave de esta etapa es el intento de “mantener vivo” al fallecido mediante acciones como ponerse sus objetos personales o su perfume, ver una y otra vez sus fotos o vídeos, escuchar repetidamente su buzón de voz o acudir a sus lugares favoritos.

5. Resignación o depresión

Tras el fracaso inevitable de la negociación o de los episodios de ira, comienza una fase de resignación que puede incluir mucha tristeza e incluso trastornos depresivos. Esta fase puede presentarse también inmediatamente después de la aceptación.

En los casos más graves, los síntomas serán exactamente los mismos que en una auténtica depresión patológica, por lo que el afectado puede precisar de ayuda psicológica para superarla.

Estas etapas pueden presentarse en distinto orden o no presentarse

Añadimos que cada persona experimentará el duelo a su manera: algunas etapas pueden ser más largas o más cortas, llegar en un orden diferente e incluso no presentarse.

Pero tengamos claro que no es nada raro o infrecuente que algunas personas atraviesen, de una u otra manera, por todas las etapas descritas. En ese caso, precisarán de toda nuestra comprensión y apoyo para superarlas.

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