Características, síntomas y tratamiento de los trastornos depresivos
Orientación Psicológica
Psicólogos especializados en trastornos del neurodesarrollo.
Es común sentir tristeza a causa de situaciones muy infortunadas, siendo una respuesta emocional normal del ser humano. Sin embargo, cuando la sensación es constante y ocasiona problemas físicos o mentales, puede ser considerado como un caso de un trastorno depresivo o “depresión mayor”.
Se diferencia mucho de la tristeza pasajera, prevaleciendo por más tiempo en forma de episodios depresivos y ocasionando el padecimiento de diversos síntomas. La sensación de vacío, desesperanza, fatiga, ansiedad, culpa y tener pensamientos suicidas o acerca de la muerte, suelen asociarse a un trastorno depresivo.
Con la aplicación de un tratamiento adecuado y la colaboración del paciente, es posible reducir eficazmente el impacto de los síntomas y superar el trastorno. Si padeces de depresión u otro trastorno depresivo, te invitamos a contactar con nuestros psicólogos y psiquiatras expertos para obtener asesoramiento y tratar la afección.
¿Qué es un trastorno depresivo o depresión?
Es un trastorno emocional que produce en los pacientes un sentimiento persistente de tristeza, afectando además los pensamientos del individuo y su comportamiento. El padecimiento de la afección genera problemas a nivel físico, social y emocional, incluso influyendo en el desarrollo de las actividades cotidianas; es desarrollado mayormente por adolescentes y adultos.
El término “depresión”, es utilizado en tres sentidos relacionados: los síntomas, la enfermedad y el síndrome. Cuando es un síndrome, asocia procesos caracterizados por sentimientos de culpa, minusvalía o tristeza, la inhibición del paciente, y el deterioro del impulso vital.
Como síntoma, la depresión suele estar relacionada con otros tipos de trastornos psíquicos, siendo el trastorno de angustia un claro ejemplo. Cómo enfermedad, es posible apreciar la depresión como un trastorno de origen biológico, con un cuadro clínico, pronóstico, etiología y tratamiento específico propios.
Epidemiología de los trastornos depresivos
La prevalencia de la depresión tiende a fluctuar entre el 10 y 20% de los pacientes generales, estando presente en cerca de un 50% de pacientes psíquicos. Estudios revelan que solo un 10% de los afectados se presentan en consultas psiquiátricas especializadas.
La depresión suele producirse en personas asociadas a alguno de los siguientes factores:
- Pertenecen a una clase social baja.
- Se encuentran separados, divorciados o presentan problemas con su pareja.
- Fallecimiento de los padres antes de cumplir los 11 años de edad.
- Posee antecedentes familiares de represión mayor o personalidad depresiva.
- Haber padecido tres episodios depresivos con anterioridad incrementará el riesgo de recaídas.
La causa exacta de la depresión es desconocida en la actualidad, similar a un gran número de trastornos mentales.
Síntomas generales de los trastornos depresivos
Los síntomas experimentados por el paciente dependen del tipo de trastorno depresivo padecido, pudiendo cada uno de ellos afectar de diferente forma al individuo. Sin embargo, suelen presentarse los siguientes signos en la mayoría de los casos:
- Mucha tristeza, desesperanza y ganas de llorar.
- Momentos repentinos de frustración o enojo.
- Desinterés por completar cualquier tipo de actividad.
- Alteraciones del sueño.
- Sensación de fatiga y ausencia de energía.
- Lentitud al moverse, hablar o razonar.
- Sentimientos de culpa e inutilidad.
- Problemas de concentración y toma de decisiones.
- Dificultad para recordar.
- Pensamientos suicidas y asociados a la muerte. Los pacientes con trastornos depresivos mayores pueden intentar cometer suicidio.
Dolores físicos inexplicables en el cuerpo, como las extremidades.
Factores de riesgo
Existen múltiples factores capaces de aumentar el riesgo de sufrir depresión, los cuales pueden ser biológicos, sociodemográficos y psicosociales. Dependiendo de su acumulación, la probabilidad de padecer la afección será mayor, siendo algunos los siguientes:
- Los pacientes depresivos poseen un umbral de descarga de sueño REM bajo.
- Antecedentes de síntomas depresivos premenstruales.
- Presencia de anomalías morfológicas.
- Ser mujer casada y presentar trastornos no bipolares.
- Encontrarse en periodo postparto y premenstrual.
- Individuos con puestos de trabajo altos tienen mayor riesgo.
- Las relaciones interpersonales deterioradas aumentan el riesgo de padecer depresión.
- Experimentar situaciones traumáticas, como el abuso infantil, físico o la pérdida de un ser querido.
- Ingesta excesiva de drogas recreativas y alcohol.
- Padecer una enfermedad crónica o grave, como un dolor crónico o una afección cardiaca.
Diagnóstico de los trastornos depresivos
Para diagnosticar el padecimiento de un trastorno depresivo, el especialista médico puede realizar diversas pruebas, identificando durante el transcurso el tipo específico. Es posible determinar el diagnóstico de depresión a través de lo siguiente:
- Examinación física: los especialistas deben examinar al paciente en su apartado físico, indagando sobre su salud; ciertos casos de depresión están asociados a problemas físicos.
- Análisis de laboratorio: ciertos análisis médicos son capaces de descartar otro tipo de afecciones o confirmar el padecimiento de depresión. Un ejemplo de ellos es el análisis de la glándula tiroides, cuyos problemas pueden causar trastorno.
- Examinación psiquiátrica: un profesional médico preguntará a su paciente sobre los síntomas experimentados, patrones de conducta y pensamientos a lo largo del día; a menudo, se suelen implementar cuestionarios para ello.
- DSM-5: los criterios establecidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), es muy usado por los profesionales para identificar el trastorno de un paciente.
Tratamientos de la depresión
Los profesionales médicos utilizan diversos tratamientos para combatir los trastornos depresivos, siendo la cooperación del paciente un factor crucial para su éxito en cada uno de ellos. Entre los tratamientos más efectivos se encuentran los siguientes:
Psicoterapia
El objetivo es tratar la depresión a través de conversaciones con un psicólogo capacitado, quien hablará con el paciente sobre la enfermedad y las diferentes problemáticas que causa en su vida. Se ha demostrado especialmente eficaz contra depresiones neuróticas, mejorando cuando se ve acompañada de fármacos antidepresivos.
En la variante de la afección “depresiones menores”, los fármacos adquieren un rol menos clave, pudiendo tratarse únicamente con psicoterapia; sin embargo, es un tratamiento no aplicable a las depresiones endógenas.
Terapéuticas biológicas
Los tratamientos de tipo biológico consisten en el suministro, autorizado por el profesional médico, de medicinas especializadas en la mitigación de síntomas depresivos. Los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), son un tipo de medicamento muy utilizado para tratar “depresiones atípicas”, como las neuróticas.
La terapia electroconvulsiva (TEC) consiste en el uso de corrientes eléctricas en el cerebro, siendo el objetivo alterar la función de los neurotransmisores y disminuir los efectos de la depresión. Su eficacia es superior a los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia; es muy aplicada en depresiones endógenas, tanto unipolares como bipolares.
Tratamiento hospitalario y residencial
En los casos graves de depresión, los pacientes deberán ingresar en un complejo hospitalario para ser sometidos a tratamientos. Es la opción más recomendada cuando el afectado es incapaz de cuidarse en solitario o existe un riesgo muy alto de lastimarse a sí mismo o a otra persona.
El tratamiento hospitalario psiquiátrico es ideal para proporcionarle seguridad al paciente y la ayuda necesaria para calmar los síntomas experimentados.
Recursos de Interés
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