7 estrategias para acompañar a tu hijo adolescente

Raúl Carrera Fernández - Doctoralia.es
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Orientación Psicológica

Psicólogos especializados en trastornos del neurodesarrollo.

En el artículo de hoy vamos a exponer 7 estrategias que desde Orientación Psicológica recomendamos para acompañar a vuestro hijo adolescente. 

No se tratan de 7 trucos con los que hacer que la vida de tu hijo no tenga problemas, sino de recursos que pueden ayudar a que tu hijo (o hija, aunque utilizaremos el género masculino) pueda afrontar los problemas y adversidades de esta edad tan complicada.

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A continuación expondremos los 10 recursos que después desarrollaremos:

  1. Recuerda, es un adolescente
  2. ¿Puede mi rabia ayudarle en algo?
  3. Primero escucho
  4. Transmitir la comprensión
  5. Explicar desde mi experiencia
  6. Adelantar acontecimientos
  7. Soy su modelo

Recuerda, es un adolescente

Muchas veces a los padres se os olvida que vuestro hijo es adolescente y que en esta etapa tiene el derecho y la obligación de equivocarse. El error le ayudará a entender otras formas de solucionar los problemas, a entender que tiene derecho a equivocarse y que los demás también pueden equivocarse (¡padres incluidos!).

Esta etapa de altibajos emocionales, experiencias que se viven como si fueran únicas y una etapa tan convulsa donde las prioridades están cambiadas respecto al resto, no va a ser fácil ponernos en su piel si no recordamos que son adolescentes y que un día tú también lo fuiste. Y aquí estás, con tu aprendizaje y tus experiencias (y más de alguna anécdota, ¡seguro!).

¿Puede mi rabia ayudarle en algo?

Cuando realizan alguna acción que nos frustra (como dejar la ropa por el medio, o no llevar las tareas escolares al día, o no recoger su plato después de comer) es normal que la rabia se nos apodere. Simplemente, lo consideramos injusto. 

Sentir esa rabia es totalmente normal y estáis en vuestro derecho. Pero la pregunta es: ¿expresar esa rabia hacia vuestro hijo ayuda a que haga esa tarea? ¿Y a vosotros os ayuda?.

Podéis compartir esa rabia que sentís, pero no expresarla en forma de enfado, puesto que vuestra intención es la de que haga la tarea, no que sufra ese enfado vuestro (que, muchas veces, no solo no ayuda sino que después vosotros os sentís mal por haber hablado así).

Primero escucho

Luego existo. Fuera bromas, escuchar es parte esencial en esta etapa. Si no escucháis y les acabáis las frases, o les juzgáis por sus actos, entonces conseguiréis que no os expliquen las cosas. Y si no os explican qué les pasa, entonces tendréis 2 problemas (el original y la falta de comunicación).

Escuchad. Escuchad y si os sobra algo de tiempo, escuchad. Será la única manera de que después os puedan escuchar a vosotros.

Transmitir la comprensión de la situación

Antes de dar vuestra opinión sobre algo, transmitid que entendéis qué le está pasando. Podéis repetir en eco lo que ha comentado y después añadirle la emoción que creéis que está sintiendo (normalmente es rabia o tristeza). Poner nombre a la emoción que siente le ayudará a él a reducir la angustia que le genera esa emoción, y a su vez sentirá que conectáis con lo que le está pasando.

Explicar desde mi experiencia

Muchas veces el mensaje llega mejor cuando compartís experiencias vuestras. Esas experiencias pueden y deben ser tanto positiva como negativas, para que ellos puedan conectar con lo que vosotros pasasteis y que no queréis que vuelvan a pasar. Esas anécdotas son las que mejor se recuerdan, puesto que suelen tener un componente emocional que va directamente a la amígdala.

Adelantar acontecimientos

Anticipar qué es lo que les va a pasar, o cómo se van a sentir, es otra forma de ayudarles a que se preparen para los diferentes acontecimientos. Esto les ayudará a tener una visión no sólo cortoplacista de las situaciones, sino también del medio y largo plazo.

Aquí podríamos hablar de los estudios, parejas, relaciones de amistad, ganas de viajar, el peligro de las drogas…

No se trata de que seáis un genio de la lámpara, sino de adultos maduros que hablan desde la experiencia.

Soy su modelo

Harán lo que vean en casa. Si tenéis una comunicación fluida, o dais vuestras de amor, es más probable que ellos también lo hagan (esto no significa que seguro que lo vayan a hacer, pero aprenderán que es la mejor manera porque es la manera como funciona en casa).

Si queréis que lean, leed. Si queréis que recoja las cosas, recogedlas vosotros también. Si queréis que explique cómo le ha ido el día, empezad vosotros explicando el vuestro.

El modelado no asegura que lo vayan a hacer, pero no hacerlo sí que os asegura que no lo van a hacer.

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