Trastorno Fonológico: Síntomas, evaluación según DSM V y tratamiento.

Orientación Psicológica

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Psicólogos especializados en trastornos del neurodesarrollo.

Uno de los componentes fundamentales del habla que en el trastorno fonológico se encuentra alterado es la dimensión fonética. Esto consiste en la articulación correcta de las palabras, las salidas de aire que se producen, y otros elementos que trabajan en consonancia para producir un correcto sonido.

Así mismo, está la dimensión fonológica que, según el investigador Grunwell, es la forma en la que se lleva a cabo el proceso cognitivo para realizar el proceso final del habla. Esta última dimensión es lo que ocasiona que la mayoría de los infantes emitan su primera palabra coherente cuando tienen aproximadamente 12 meses de edad.

A partir de ahí, el proceso natural de aprendizaje avanza hasta que el niño se desenvuelve de forma satisfactoria en todas las dimensiones del habla. 

Sin embargo, muchos padres y adultos se preocupan cuando ven que el niño llega a cierta edad y no tiene la capacidad para hablar de forma adecuada. Es ahí cuando podríamos estar hablando de un trastorno fonológico

En el presente artículo hablaremos sobre el trastorno fonológico en sus vertientes sintomáticas, así como los procesos de evaluación y de tratamiento.

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El trastorno fonológico: características

El trastorno fonológico está descrito por diversas fuentes como la falta de capacidad para emplear los sonidos del habla correspondientes a la fase evolutiva en la que se encuentra el infante, así como el idioma que maneja.

Esta dificultad puede incluir eventos como sustituciones de un sonido en vez de otro (“tasa” en vez de “casa”) u omisiones (“lapi” en vez de “lápiz”). Dichas conductas pueden causar interferencia en la comunicación y, de no ser abordadas oportunamente, podrían influir de forma negativa en las experiencias escolares de etapas posteriores.

El trastorno fonológico aparece entre los 3 y 5 años de edad y genera especial atención sobre los adultos, aunque la mayoría lo toma como una conducta “normal” hasta los últimos años de la etapa preescolar.

Trastorno fonológico DSM V

El trastorno fonológico (DSM V) se caracteriza por:

A. Dificultad persistente en la producción fonológica que interfiere con la inteligibilidad del habla o impide la comunicación verbal de mensajes.
B. La alteración causa limitaciones en la comunicación eficaz que interfiere con la participación social, los logros académicos o el desempeño laboral, de forma individual o en cualquier combinación.
C. El inicio de los síntomas se produce en las primeras fases del período de desarrollo.
D. Las dificultades no se pueden atribuir a afecciones congénitas o adquiridas, como parálisis cerebral, paladar hendido, hipoacusia, traumatismo cerebral u otras afecciones médicas o neurológicas.

Evaluación del Trastorno Fonológico

Las técnicas de evaluación determinadas para el trastorno fonológico consisten principalmente en determinar las habilidades del niño para desarrollar los diferentes aspectos del habla.

Examen anatomofisiológico

Se observan directamente la conformación de los órganos, implantación, estructura dental, lingual, labial, etc. Con el fin de establecer si existe alguna alteración orgánica que sea causante directo de la dificultad del habla.

Evaluación fonológica

En este apartado se estudia el repertorio de sonidos, la precisión y ordenamiento de los mismos, así como el desarrollo fonológico que presente el niño.

Para obtener resultados pertinentes, se usan fichas con imágenes de palabras que contengan consonantes posicionadas en diferentes segmentos de la estructura gramática. Otra alternativa es el denominado registro fonológico, un test de screening compuesto por 32 palabras pertenecientes al léxico infantil.

Evaluación fonética

Pare esto se recurre a ejercicios de repetición de consonantes de manera aislada. Dependiendo de los resultados obtenidos, se podrá atribuir la dificultad a elementos fisiológicos o fonéticos.

Además, de no haber una alteración fisiológica, se determina si es un trastorno fonológico, fonético, o si tiene características características que encajen con ambas patologías.

Tratamiento del Trastorno Fonológico

El tratamiento para el trastorno fonológico es diferente si se trata de este o bien de un trastorno fonético. Para ello, os describiremos las diferentes actividades a realizar dependiendo de si es un trastorno fonético o un trastorno fonológico. 

Tratamiento para los trastornos fonéticos o dislalias

Este tipo de tratamiento se enfoca en mejorar la producción de patrones articulatorios correctos para producir palabras. Se inicia un programa de siete fases en las que se incrementa de forma progresiva la cantidad de ejercicios ejecutados.

Algunas de las actividades que se realizan son: coordinación de movimientos, producción de sonidos, intercalar sílabas y generalización del fonema son algunos de los pasos a seguir para obtener mejorías en pacientes que presenten dificultades de habla.

Actividades para el Trastorno Fonológico

Las actividades terapéuticas para el trastorno fonológico tienen como objetivo principal producir una reorganización cognitiva, más que un entrenamiento articular. Estas actividades permiten:

    • Eliminar patrones equivocados.
    • Ampliar la producción y expansión del léxico.
    • Establecer matices de sonidos.
    • Incrementar la inteligibilidad.

Debido a la naturaleza cognitiva de los problemas fonológicos, la terapia pone mucho peso en mostrar al infante las consecuencias de los errores en el desarrollo de su comunicación natural, así como los efectos que estos pueden tener sobre la relación con su entorno.

Investigadores como Acosta, Bustos y Monfort sugieren la efectividad de los materiales audiovisuales en el transcurso de la terapia. Para ello proponen que en el trastorno fonológico se pueden emplear las siguientes actividades:

    • Representaciones visuales con fonemas a discriminar, para realizar ejercicios de denominación, reproducción, imitación o emisión de sonidos.
    • Apoyos visuales o táctiles al momento de ejecutar los ejercicios, a modo de “ruedas de entrenamiento” que serán retiradas paulatinamente con el avance de las terapias.

Otra estrategia sugerida son los programas de tratamiento para niños con problemas de habla. Estos, además de incluir actividades y ejercicios de habla, integran elementos de recepción sonora, realizando estimulaciones auditivas al inicio y al final de cada sesión.

Sin embargo, es importante recordar que la mayoría de los trastornos fonológicos engloban también otras esferas del habla, por lo que es recomendable abordar esta deficiencia con un enfoque integral que abarque fonética, fonológica y articulación.

 

Bibliografía

American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: Author.
Caballo, V.E. (2012). Manual de psicología clínica infantil y adolescente, trastornos generales (vol 1.). Editorial: Pirámide.

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